martes, 9 de marzo de 2010

El Imperio De Los Zares Rojos: La URSS Desde La Revolución Hasta La Guerra Fría




Esta monografia la escribi hace un par de años para una asignatura en particular. Es un poco larga, pero pienso que vale la pena leera. No es el trabajo de un experto, es mio, obviamente apoyado por algunas fuentes, desde puntos de vista tanto contrarios como a favor. Lo idee como consecuencia de ver a tanto joven desinformado seducido por el comunismo, sin conocer varios aspectos de "su" ideologia. En Latinoamerica existe la concepcion del comunismo como sinonimo de hippismo en cierto sentido, de relajacion, de paz, etc, cosa totalmente erronea si se investiga aunque sea un poco sobre el tema. He aqui una investigacion sobre la verdadera aplicacion del marxismo teorico y sus implicancias a nivel local y mundial en el antiguo mundo sovietico. Espero que los lo lean sepan sacar buenos argumentos para debatir en cualquier situacion.

1.INTRODUCCIÓN.

Con el presente trabajo se pretende reunir datos, instruir, demostrar, pero sobre todo, desmitificar a los lectores sobre uno de los periodos más polémicos, oscuros y contradictorios de la historia de la Europa contemporánea y del mundo del siglo pasado, que influiría tajantemente en los sucesos representativos fundamentales que determinarían la historia del mundo actual, ya fuera sirviendo de ejemplo tanto a movimientos políticos como sistemas de gobierno que caracterizarían al siglo recién pasado con hechos que quedarían registrados en la historia mundial, tanto por su impactos social, mediático o militar, como por las consecuencias políticas y sobre todo humanas que traerían consigo estos eventos. Estamos hablando de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la URSS.
La polémica sobre esta federación se origina desde el mismo momento de su creación, la revolución bolchevique de noviembre de 1917, pasando por la creación formal de la URSS mediante la declaración constitucional de 1922, formándose a partir de los antiguos países constituyentes del ya “desaparecido” imperio ruso.
La ideología política que llevó a cabo esta radical transformación trayendo consigo la caída del zar Nicolás II junto a su familia sería el comunismo, nombre puesto por los rusos bolcheviques a su sistema de gobierno una vez se encontraban estos ya en el poder. Este sistema de gobierno correspondía al tan famoso y muchas veces citado y mencionado, pero pocas veces (quizás demasiadas pocas veces) comprendido: el marxismo – leninismo, es decir, la puesta en práctica de los postulados marxistas a la sociedad capitalista, la rusa en este caso particular a la cual nos referiremos, a manos de Vladimir Ilich Ulianov, más conocido como Lenin. Posteriormente, esta aplicación del pensamiento marxista en un ambiente capitalista, es decir, el comunismo, sería aplicado en diversos países alrededor del orbe, ya fuera con mayor o menor éxito o con más o menos relevancia geopolítica a nivel global, continental, regional, etc, pero con algunos factores en común: muertes, purgas, regímenes en la mayoría de los casos totalitarios, o bien muy autoritarios, métodos literalmente brutales para poner en práctica sus reformas económicas (la mayoría de ellas con nefastas consecuencias sobre todo para la población obrera), entre otras características. Teniendo esto en cuenta, es posible aclarar un concepto muy manoseado por los movimientos marxistas actuales, estando de acuerdo con la Unión Soviética y sus medidas o no: el dicho de que lo ocurrido en Rusia y en sus Estados satélites, o en China, Cuba, Corea del Norte, Vietnam, Camboya, o cualquier país donde hubo o hay en la actualidad regímenes de esas características, que los diversos abusos y crímenes son solo una distorsión, una deformación del verdadero comunismo. De este modo, considerando que comunismo es el nombre dado a la aplicación en Rusia del modelo marxista a manos de Lenin (marxismo-leninismo) y que la aplicación en otros países es una adaptación del modelo ruso (con todas sus características y medidas de por si), los asesinatos en masa, expropiaciones, persecución política, etc, no son producto de una mal interpretación del comunismo propiamente tal, si no que es la aplicación del comunismo mismo, el cual es, de forma innata, de esa manera, y es la única forma (hasta el momento) de llevar a cabo las ideas planteadas por Marx y Engels, las cuales han demostrado ser hasta ahora doctrinas teóricas que han sido el opio de intelectuales burgueses desde finales del siglo XIX.
Así, la URSS fue el conejillo de indias, el campo de experimentación para toda la maquinaria pro-marxista occidental, la cual se disfraza y camufla hasta hoy con términos como: democracia, igualdad, justicia, libertad, convivencia pacífica, bienestar, entre muchas otras, tal como lo hizo hace 92 años con el desvalido, necesitado y hambriento pueblo ruso y de los países pertenecientes al, en ese entonces, territorio propiedad de los Romanov, el imperio, el cual técnicamente fue reemplazado mediante las revoluciones de febrero y noviembre de 1917 (en especial esta última), para dar paso años mas tarde a la “Unión de Repúblicas”. Sin embargo, considero favorable y enriquecedor definir ambos conceptos, imperio y república, antes de comenzar con el desarrollo para evitar confusiones.
Según la RAE, la palabra imperio (del latín imperium) corresponde a una organización política del Estado regido por un emperador, al tiempo durante el cual hubo emperadores en un país y a un conjunto de Estados sujetos a un emperador. Es decir, corresponde al conjunto de los territorios que rige un Estado imperial. Además, el término contemporáneo de imperio se entiende por la aplicación del término no sólo un Estado que abarca varias naciones étnicas, sino a todo Estado que influye sobre la soberanía de otros Estados, no solo aprovechándose de ellos, en el sentido del colonialismo inglés, francés, holandés, entre otros; o designando sus gobiernos, sino conformándolos según su propia imagen.
Por otra parte, también según la RAE, la palabra república (del latín respública, la cosa pública) dícese de aquella organización del Estado cuya máxima autoridad es elegida por los ciudadanos o por el Parlamento para un periodo determinado, y de los países que poseen un sistema de gobierno no monárquico.
Por lo tanto, teniendo en cuenta ambas definiciones de la Real Academia Española de la lengua procederé a plantear la pregunta de investigación y su respectiva hipótesis:

Pregunta de investigación: ¿Fue la política aplicada en los países constituyentes de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas un cambio en la organización política del Estado o solo una continuación de lo establecido antes de las revoluciones de 1917?

Hipótesis: Los gobiernos de la URSS y sus correspondientes medidas sociales, políticas y económicas, fueron tan solo una continuación del zarismo existente antes de las revoluciones de febrero y noviembre de 1917.

Antes de empezar, sería bueno recordar de manera sintética la imagen del concepto de imperio, el cual tiene un significado y un efecto dual a lo largo de la historia, ya que si bien es una muestra de avances militares, tecnológicos y culturales de una determinada civilización, tiene en la mayoría de los casos tiene una connotación negativa, obviamente, para el o los pueblos sometidos. En primer lugar, un imperio propiamente tal (siguiendo o no el concepto decimonónico de imperialismo) implica una dominación extranjera con un interés económico y estratégico en la mayoría de las ocasiones, es decir, la potencia imperial controla tanto las relaciones exteriores como las decisiones a nivel interior de los territorios ocupados, decidiendo el destino de sus recursos económicos, vida política y social, inmiscuyendo por lo tanto a un sin número de personas bajo una autoridad que de seguro no le interesan los problemas de la gente, si no su propio bienestar económico, productivo, comercial, etc, en pos de seguir aumentando su presencia e influencia geopolítica en la zona presente, con el objetivo de extender su dominio, o en algún caso su influencia, a la mayor cantidad de naciones posible, de manera que se afiance su dominio a nivel global. Otro ejemplo dado a lo largo de la historia (no solo de la civilización occidental) con respecto a los imperios son sus métodos de acción: radicales, extremos, de cierta forma maquiavélicos, llegando en su mayor parte a ser sanguinarios, escalofriantes y retorcidos, además de poseer una corrupción interna a niveles casi inimaginables, junto a un dominio de los medios de comunicación, buscando ocultar o hacer disminuir sus “actos en pos del ideal” o incluso, propagando libremente a los cuatro vientos que sus actos eran a favor de la élite dirigente, como en el caso de los imperios dados en los tiempos contemporáneos.
Por último, es necesario especificar que a través de esta monografía se intentará probar con documentos, lecturas, conocimientos previos y opiniones personales (lo más objetivo posible) que las características imperiales mencionadas en el párrafo anterior, junto a unas pocas otras escogidas, eran poseídas por la URSS en una forma u otra, es decir, de cómo una federación, un sistema de gobierno, cuyo principal objetivo y medio de propaganda era la lucha contra el imperialismo capitalista, ejercía un tipo de imperialismo económicamente, socialmente y políticamente distinto, pero imperialismo al fin y al cabo.

2.PRELUDIO.
Sobre la crisis de la monarquía y las Revoluciones de 1917.

A principios del siglo pasado, Rusia se encontraba en un estado de efervescencia extrema: el zar Nicolás II Romanov gobernaba el país como le placía, no teniendo en cuenta restricciones tales como los parlamentos (a fin de cuentas era un emperador), además de no saber manejar adecuadamente los numerosos problemas que asolaban al país, producto de la progresiva estupidización de los miembros de las monarquías europeas, ya fuera quizás por las cómodas vidas llenas de lujo o por el sentimiento de extrañeza o lejanía con las clases más bajas (característica fundamental de las monarquías medievales y modernas). Esto produjo que el descontento y las críticas hacia el gobierno llegaran a su punto máximo en 1905, considerando la derrota sufrida ante Japón (conflicto bélico que duró desde 1904 a 1905), año en que hubo un intento de revolución, lo que obligó al zar a realizar ciertas concesiones al pueblo, en el llamado Manifiesto de Octubre, en el cual se encontraban medidas tales como la elección de un Parlamento o Duma.

Ahora bien, analizando concretamente las peticiones del pueblo es posible darse cuenta de que estas, en nuestra época, nos parecen de lo más obvias y justas, y de ninguna manera alborotadoras o incluso revolucionarias, aún en ese tiempo, donde si bien aun no existían las reformas y derechos sociales y civiles de hoy, hubiese sido posible entenderlas debido al surgimiento de diversos movimientos obreros del mundo entero, sobre todo en países industrializados. Quizás lo más extraño, extraño, sería el caso de que Rusia no poseía una tan gran cantidad de clase obrera industrial (o proletariado urbano como lo llaman los marxistas), siendo mayor el número de campesinos. Algunas de estas peticiones realizadas al gobierno fueron:

• Mejores condiciones de trabajo y salarios industriales.

• Cancelación del precio de rescate (impuesto pagado por los campesinos al gobierno por su libertad, después de la abolición de la esclavitud).

• Mayor libertad de prensa.

• Democracia, en la que la Duma cumpliera un papel preponderante en la toma de decisiones del gobierno.

Sin embargo, si bien una podría pensar en lo obvio de estas peticiones, el zar Nicolás II, con el paso de los meses y los años, ignoró las promesas hechas y disolvió varias veces a la Duma, organizándola posteriormente para su conveniencia, con un apoyo claro de la nobleza y algunos burgueses, durando la más longeva desde 1910 a 1917.

Si bien están aquellos que postulan que las revoluciones de 1917 hubiesen podido ser evitadas debido al progreso económico alcanzado debido a las medidas tomadas por Pedro Stolypin (ministro del zar Nicolás), lo más racionalmente probable es que estas revoluciones hubiesen ocurrido de igual manera tarde o temprano debido, entre otras razones, a que:

• Las reformas agrarias de Stolypin no dieron el resultado esperado debido, entre otras cosas, al poco eficiente proceso de producción. Además, su asesinato en 1911 eliminó a uno de los pocos hombres capaces del zar que pudo haber tenido aunque sea una remota opción de haber salvado a la monarquía.

• Brutal represión gubernamental a las huelgas, las cuales sumaron 2.400 en 1913 y más de 4.000 en 1914.

• Expulsión de las universidades a estudiantes y profesores revolucionarios, además de la deportación de miles de judíos, grupo que tendría una gran participación en los eventos que vendrían después. Esto le valió el desprecio tanto de los obreros como de los intelectuales.

• Surgimiento de dos grupos revolucionarios: los mencheviques y los bolcheviques, a partir del Partido Laboral Social-Demócrata. Ambos grupos defendían los planteamientos de Karl Marx, judío-alemán que en sus libros El Manifiesto Comunista (1848) y El Capital (1867), planteaba la idea de que el motor de la historia había sido la lucha de clases, en la que era inevitable el choque entre las clases trabajadoras y los burgueses, lo que daría paso a una dictadura del proletariado. Ambos grupos, mencheviques y bolcheviques, planteaban la idea de huelgas y revolución violenta, con la excepción de que los primeros creían en una especie de alianza con la burguesía (punto rechazado tajantemente por los bolcheviques), y una desconfianza hacia los campesinos.

• Propaganda revolucionaria en periódicos como el Iskra, dirigido por Vladimir Ilich Ulianov, alias Lenin. Fue una división al interior del consejo editorial de este periódico que las facciones se dividieron en bolchevique (seguidores de Lenin) y los mencheviques (favorables a un cambio de gobierno con medidas más moderadas).

• Desacreditación de la familia real debido a varios casos de escándalo, como la posible participación de Nicolás II en el asesinato del ministro Stolypin, y la influencia en la familia real de Rasputín, oscuro monje siberiano que, tras ganar la confianza de la emperatriz Alejandra, movió los hilos de la política nacional, entre otros casos.

• La entrada de Rusia a la Primera Guerra Mundial obligó a miles de campesinos pobres a alistarse y a encontrar una muerte casi segura en las trincheras contra el altamente preparado ejército alemán. Esto agravó la desestabilización a nivel interno.

Esto sentó las bases para el estallido de las llamadas Revoluciones de 1917, llevadas a cabo principalmente por los soviets. Los soviets correspondían a organizaciones de obreros, campesinos y soldados revolucionarios que buscaban derrotar a la monarquía e instaurar una dictadura proletaria y una sociedad sin clases sociales y comunitarias, como lo postulaba Marx en sus obras.

La suma de todos estos elementos significó el estallido de la llamada Revolución de Marzo (también llamada de Febrero por el uso en aquellos días, en Rusia, del calendario juliano en vez del gregoriano que era usado en el resto de Europa). Esta Revolución comenzó de forma espontánea el 8 de marzo cuando estallaron motines en demanda de pan en Petrogrado (San Petersburgo), los cuales fueron reforzados por miles de huelguistas de industrias cercanas. Los soldados, al recibir órdenes de disparar a la multitud, se negaron y se unieron a las manifestaciones. La multitud se adueñó de edificios, liberó a los prisioneros de las cárceles, y se tomaron estaciones de policía y arsenales de armas. El 15 de marzo, Nicolás II abdicó en nombre de su hermano el duque Miguel, quien se rehusó a aceptar el nombramiento. La monarquía rusa se había acabado.
Antes esta situación, la Duma estableció un gobierno provisional a cargo del príncipe Giorgi Lvov, quien sería reemplazado por Alexander Kerensky, un socialista moderado. Sin embargo, su administración cometió errores, y la situación anterior se agravó, originando la caída del gobierno provisional. Entre los factores que determinaron esto se puede encontrar:

• La decisión del gobierno de proseguir con la guerra, lo cual, junto a las derrotas, provocó la deserción de miles de soldados.

• El gobierno no contaba con el apoyo del ejército, el cual estaba bajo el control del soviet de Petrogrado, el más poderoso de todos.

• No se había hecho nada con respecto a la reforma agraria y tampoco se había convocado al Parlamento como se había prometido.

• Lenin, quien había regresado de su exilio en Suiza, exalta a los soviets a retirar su apoyo al gobierno provisional. Vale decir que Lenin pudo llegar a Rusia gracias a un salvoconducto entregado por los alemanes con la esperanza de que Lenin agravara la situación de Rusia.

• Lenin demandaba el poder absoluto de los soviets, prometiendo la terminación de la guerra, cesión de tierras a los campesinos y una mayor cantidad de alimentos.

Por último, la noche del 6 a 7 de noviembre de aquél año, el soviet de Petrogrado, alentado por Lenin, se toma el poder, terminando con el gobierno de Kerenski, quien logró escapar. El plan fue elaborado por León Trotsky, presidente del soviet. A este evento se le llama la Revolución de Noviembre.

3. LOS RÍOS COLOR ROJO SANGRE

Sobre Lenin y los Bolcheviques al poder.

De ahora en adelante, se revisarán y mencionarán todos los acontecimientos, medidas, y políticas económicas que ayuden a sostener la hipótesis de que la URSS no fue nada más que una continuación del modelo imperial, siendo cercano tanto al modelo clásico (gran extensión territorial), como al moderno y contemporáneo (control sobre la economía y la realidad política interna y externa de los países sometidos).

Antes sería bueno recapitular y dejar en claro ciertos puntos acerca de la doctrina política, social y económica que sería aplicada por Lenin en el Estado ruso.
El pensamiento tenido por Lenin sobre este había tenido como punto de partida la doctrina de Marx y Engels, los cuales señalaban en El Manifiesto Comunista que el proletariado debería derrocar a la burguesía y establecerse como clase dirigente. Mediante esta dictadura del proletariado ocurriría una transición hacia la abolición de las clases sociales. Más tarde, Engels agregaría que la desaparición de las clases sociales traería consigo la desaparición del Estado.
Por lo tanto, la teoría del Estado defendida por ambos autores postulaba que:

• El Estado es un mecanismo de opresión que no tenía lugar en el régimen comunista.

• El proletariado debía destruir el instrumento burgués del Estado por medios revolucionarios para establecer una dictadura del proletariado, la cual duraría el tiempo necesario para que los últimos vestigios de la sociedad burguesa desaparecieran y el régimen socialista sin clases estuviese establecido.

De esta manera, podemos observar que el comunismo consistía en 2 etapas:

• La sociedad comunista, en la que no existían desigualdades sociales y el Estado no existe.

• La llamada primera etapa del comunismo, en la que existían vestigios de burguesía y el Estado tomaría la forma de dictadura del proletariado.
Es en esta última etapa en que desarrolla el gobierno de Lenin, cuya metodología está planteada en su obra El Estado y la Revolución (1917), en el cual él planteaba los problemas prácticos que ocasionaría la conquista violenta del Estado por parte de una clase social (el proletariado), la cual lo democratizaría , si bien es cierto tendría que suprimir por la fuerza toda resistencia burguesa, por lo que la dictadura del proletariado, había de ser no un instrumento de libertad sino de represión contra la minoría intransigente.

Una vez ocurrida la toma del poder por parte de los bolcheviques de Lenin sobre la ciudad de Petrogrado, comenzaron las luchas en otras regiones del país en contra del control bolchevique. En Moscú, por ejemplo, la lucha duró una semana antes que el soviet alcanzara el mando. Las zonas rurales fueron mucho más difíciles de dominar, ya que los campesinos se mostraron mas bien “tibios” hacia el nuevo gobierno.
De esta manera, es posible observar que los radicales bolcheviques no contaban con el apoyo de la mayoría de la población. El problema de fondo para Lenin y sus seguidores consistía en como mantenerse en el poder una vez que la población se diese cuenta de lo que un gobierno bolchevique implicaba. Por otra parte, Lenin sabía que debía permitir la realización de elecciones después de haber criticado tanto a Kerensky y a los mencheviques por haberlas pospuesto, pero sabía también que era muy poco probable que los revolucionarios a ultranza obtuvieran una mayoría en la Asamblea Constituyente.
Dentro de este ambiente de inseguridad por parte de ambos bandos, tanto en el radical como en el de los moderados, hubo elecciones (vale decir que han sido las únicas elecciones completamente libres y democráticas que hayan existido en toda la historia de Rusia), significando un duro golpe para los bolcheviques, ya que obtuvieron solo 168 escaños de un total de 700. Mientras tanto, en el bando contrario, se celebraba la victoria de los social-revolucionarios, de carácter más moderado, quienes obtuvieron 380 escaños en la Asamblea. Así, se quedaba demostrada la existencia de una clara y gran mayoría antibolchevique.
Claramente, esto no produjo ninguna satisfacción en Lenin, el cual tenía como objetivo primordial crear una dictadura del proletariado que permitiera que él y los bolcheviques administraran el país, apoyándose en los soviets.. Por lo tanto, no había cabida para ningún otro partido, por lo que la Asamblea Constituyente fue disuelta por la Guardia Roja y nunca más se volvió a reunir. En esto, podemos ver de cómo un movimiento supuestamente democrático y defensor de la voluntad popular obrera, ignora las decisiones tomadas por las instituciones democráticas representativas e impone su voluntad por la fuerza guiado por las ansias de poder y de dominio nacional para imponer el marxismo, ahora comunismo, como forma de gobierno.

Una vez ocurrido esto, una de las medidas más urgentes que había que tomar según Lenin era la salida de Rusia de la Primera Guerra Mundial, a lo cual da efecto mediante la firma del Tratado de Brest-Litovsk con Alemania, a cambio del cede a este país de los territorios de Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, Ucrania, Giorgia y Finlandia, todos países que, si bien estaban bajo el yugo del ex Imperio Ruso, poseían pueblos culturalemente distintos, es decir, distintas naciones a la rusa. Ejemplo de esto es el caso de Polonia, país en el que habitaban una relativa gran cantidad de alemanes, especialmente en la zona oeste. Lenin y sus bolcheviques estimaron conveniente hacer este sacrificio en pos de restaurar el orden social y económico interno de Rusia, con la esperanza de recuperar aquellos territorios una vez que la Revolución se hubiera extendido a Alemania. Con esto queda claro las intenciones soviéticas: propagar la Revolución comunista a escalas internacionales para lograr una especie de comunismo global, resaltando el carácter internacionalista del marxismo-leninismo.

Siguiendo en el plano de los conflictos armados, pero esta vez a nivel interno, en abril de 1918 surge la resistencia armada contra los bolcheviques, el Ejército Blanco, compuesto por social-revolucionarios, mencheviques, ex oficiales zaristas y a todos aquellos grupos políticos y sociales que no estaban de acuerdo con lo llevado a cabo por los seguidores de Lenin. A diferencia de los que comúnmente se piensa, el Ejército Blanco no buscaba restaurar al zarismo ni a ningún tipo de monarquía, sino que proponía el establecimiento de un gobierno parlamentarista formado según las tradiciones y el modelo occidental.
Para responder a esto, Lenin implementó el llamado “comunismo de guerra” para de esta forma controlar todos los recursos económicos y productivos del país. Esto lo hizo nacionalizando las fábricas, tanto grandes como pequeñas, y se prohibió el comercio privado. Sin embargo, las consecuencias y las medidas más duras de esta medida fueron experimentadas por los campesinos, a quienes se les incautaban comestibles y granos para alimentar al constituido Ejército Rojo. Imaginemos, pues, como sería aquella situación: los campesinos pobres trabajaban duramente en condiciones paupérrimas para producir comestibles sin compensación alguna, no por el conjunto nacional, si no que por un sector de él, cuya falta de adhesión generalizada ya fue comentada anteriormente. Si bien estas medidas fueron eficaces en el momento, arrastrarían consigo consecuencias desastrosas en especial para el área campesina.
Finalmente, gracias a las medidas “populares” llevadas a cabo por Lenin (aunque también podrían considerarse como factores de la victoria militar roja la superioridad numérica a pesar de la ayuda internacional brindada a los blancos, la ausencia de un gobierno central y un líder a estos, etc) se venció en la guerra civil, proyectándose ahórrale gobierno hacia la restauración de la economía nacional.

Como es posible imaginar el llamado comunismo de guerra no había sido muy popular que digamos en las clases campesinas, las cuales eran parte importante de la población rusa por lo demás. Como consecuencia de eso, los campesinos empezaron a producir lo justo y necesario para subsistir, es decir, no se producían excedentes. Esto causó una escasez de recursos severa, la cual se vio agravada por la sequía de 1920-1921, provocando que la industria prácticamente se paralizase. Esto trajo como consecuencia un motín naval en Kronstadt, el cual, sin embargo, fue reprimido rápidamente por las tropas comandadas por Trotsky.
Esto convenció a Lenin de que era estrictamente necesario recuperar el apoyo del campesinado, por lo que se aplicó la llamada Nueva Política Económica (NEP), con lo cual se permitía a los campesinos conservar la producción excedente mediante el pago de un impuesto que representaba cierta proporción del excedente. Es decir, se le permitía a la gente conservar una parte de lo obtenido con su propio trabajo a cambio, eso si, de pagar un impuesto. Una verdadera obra maestra, una “joyita” de la organización económica proveniente del brillante cerebro de Ulianov (léase con sarcasmo). Esto es, la verdad, bastante parecido al sistema de la reserva federal estadounidense, aunque claro, sin dinero en billetes sino que en comida. Además, se esperaba que se solucionasen los problemas utilizando, por lo menos, métodos marxistas, comunistas, pero ahí se ven las contradicciones de la historia: Lenin reintrodujo el comercio privado, revivió el incentivo, provocando un aumento de la producción agrícola. Además, algunas industrias menores retornaron a manos privadas, haciendo volver a los antiguos administradores (los mismos de la opresora época zarista), así como se recurrió a incentivos capitalistas, tales como bonificaciones y precios pieza por pieza. ¿No fue esto el establecimiento de una especie de supracapitalismo dentro de la sociedad comunista?
Lentamente, la economía empezó a recuperarse, aunque hubo numerosos periodos de escasez de alimentos durante muchos años.

Con respecto al tema político, Rusia se convertía en el primer Estado comunista del mundo. No se toleraba a ningún otro partido, sin excepciones. En 1921, se prohibieron a los movimientos u organizaciones que cuestionaban las medidas de Lenin dentro del partido, siendo “purgados” más de un tercio de los miembros de aquellos grupos disidentes (por purgados entendemos asesinados, eliminados), o expulsados. Esto se realizó con la ayuda de la policía secreta, el OGPU (predecesor de la KGB).
De esta manera, el control de Lenin y el partido ya era absoluto.
Sobre el inicio del Imperio de la Hoz y el Martillo.

Posteriormente, vendría el proceso de conformación de una federación de repúblicas, con el objetivo de “…superar la crisis y los problemas económicos mediante un plan común de acción…capaz de garantizar la seguridad exterior, el progreso económico y el libre desarrollo nacional de los pueblos…” según nos cuenta la Constitución Fundamental de la URSS del 31 de enero de 1924.
Si bien países como Azerbaiyán, Bielorrusia y Armenia pasaron a ser parte de esta “federación” de una manera voluntaria y pacífica, el proceso de unificación encontró resistencia en Ucrania, donde un gobierno antisoviético había sido rival durante la guerra civil, y en Georgia, donde se había instalado un gobierno menchevique. Tuvo que ser utilizado el poder militar para acabar con las resistencias, instaurar gobiernos bolcheviques, y hacer ingresar a estos países a la URSS.
Con respecto al liderazgo de esta agrupación de países, el Partido Comunista Ruso, al que los partidos regionales estaban afiliados, sostenía una disciplina uniforme, además de que las principales decisiones relacionadas con política, económica y el exterior se tomaban en Moscú.
Finalmente, en 1922, se aprobó la formación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Sin embargo, su carácter de federación era casi nulo, ya que, según pensaban los otros países, la URSS era solo una extensión del poder de Rusia y que representaba una mayor autoridad central de Moscú, existiendo discrepancias sobre todo de delegados ucranianos y bielorrusos.

El imperio ya estaba formado, pero lamentablemente para Lenin, no lo podría disfrutar por mucho tiempo, ya que ese mismo año sufrió su primer ataque de apoplejía, muriendo finalmente en 1924.
Esto ameritaba la llegada de un sucesor, el cual aplicaría medidas propias del imperio romano en la URSS, siendo el zar rojo por excelencia. El régimen del terror estaba por comenzar.

4. EL EMPERADOR DE ACERO.

Sobre Stalin y su llegada al poder.

A la muerte de Lenin sus dos posibles sucesores más calificados, Trotsky y Stalin, comenzaron una lucha abierta por el poder, producto de sus irreconciliables diferencias acerca del futuro de la Revolución.
Iosip Visarionovich Dzhugashvili, alias Stalin (hombre de acero), georgiano e hijo de campesinos pobres, se había hecho bolchevique en 1904, y para 1917 se había convertido en subalterno de Lenin gracias a sus dotes de administrador. Cuando Lenin murió en 1924, Stalin era el secretario general del Partido Comunista, y unos de los 7 miembros del Politburo, organismo que determinaba la política gubernamental respecto a temáticas internacionales.
Curiosamente, parecía muy poco probable que Stalin llegara a ser el sucesor de Lenin: Trotsky lo llamaba “la mediocridad más eminente del mundo”, los demás miembros del Politburo lo menospreciaban diciendo que no era un administrador eficiente e incluso, Lenin lo consideraba como tosco y burdo, sugiriendo en su testamento que se lo destituyera del cargo de secretario del partido. De hecho, el más previsible sucesor del anterior líder era León Trotsky, gran orador, intelectual y organizador del Ejército Rojo.

Como ya hemos dicho, la enemistad entre estos 2 personajes tenía su origen, aparte por su puesto de su deseo de poder personal, en su concepto de revolución y en el futuro que esta debía tener.
Lev Davidovich Bronstein, alias León Trotsky, uno de los líderes de la Revolución Rusa, postulaba en su obra Las Lecciones de Octubre (1924) la teoría de la “revolución permanente”, es decir, la exportación del proceso revolucionario fuera de las fronteras rusas y de la Unión Soviética hacia, en una primera instancia, los demás países europeos, los cuales, una vez instaurados los regímenes comunistas, ayudarían a Rusia en su camino hacia la industrialización; mientras que Stalin, argumentando que las teorías de Trotsky significaban la negación de la teoría de la revolución proletaria de por Lenin, postulaba la “revolución en un solo país”, o sea, que para llegar a la victoria completa del socialismo a través de los esfuerzos combinados de las clases proletarias de diversos países, primero había que tener un punto de partida: el socialismo en los países soviéticos. Había que afianzar muy bien el régimen a nivel local antes que lanzarse a aventuras que pudieran comprometer el proceso revolucionario.

Aún así, teniendo Trotsky las preferencias de seguir con el legado bolchevique, Stalin supo utilizar de manera muy astuta las envidias y resentimientos de los miembros del Politburo hacia Trotsky, creando una especie de coalición en contra de él. Además, su cargo como secretario general le permitía dar ascensor y designar cargos, con lo que colocaba a sus aliados estratégicos en puestos influyentes, mientras que a sus opositores los designaba a lugares remotos del país.

De esta manera, Stalin, aliándose también con otros rivales, como Bujarin, Zinoviev y Kamenev, logra destituir a Trotsky de su cargo, enviarlo a Siberia, para luego exiliarlo en México. Años más tarde, Stalin se aseguraría de que la amenaza que significaba Trotsky para su poder, logrando su asesinato en el país latinoamericano el año 1940.
Tiempo más tarde, y aprovechándose de diferencias con los otros personajes sobre la política económica que debía seguir la URSS, Zinoviev y Kamenev fueron destituidos del Politburo para luego ser expulsados del Partido en 1927, ocurriéndole lo mismo a Bujarin tiempo más tarde en 1929.

Sobre los planes quinquenales.


En aquél mismo año, Stalin consideró que ya era necesario abandonar la NEP, con el objetivo de fortalecer la industria pesada, considerando el hecho de que Rusia, según sus palabras, se encontraba entre 50 y 100 años atrasada de los países europeos desarrollados, por lo que la industrialización de la sociedad era de extrema necesidad, y, por supuesto, debía realizarse a costa de satisfacer las necesidades de la población, es especial de la rural en beneficio del proletariado urbano, principales aliados y sustento del régimen comunista.
La aplicación del primer plan quinquenal (1928-1932) exigió inversiones masivas de capitales que llegaron a alcanzar el 40% de los ingresos nacionales, lo cual trajo consigo la desmantelación de casi todo el sector privado de la industria soviética (cerca de 4.000 pequeñas y medianas empresas desaparecieron). Parte de los ingresos provinieron de las exportaciones de granos; otros, de los elevados impuestos a los campesinos por el uso de equipo gubernamental. En las fabricas se adoptaron los antiguos métodos capitalistas de trabajo en exceso y sueldos distintos para obreros expertos e inexpertos con el objetivo de estimular la producción. Los obreros ordinarios eran disciplinados sin misericordia: el incumplimiento de metas originaba la acusación de ser “saboteadores”, castigando al obrero a pasar una temporada en algún campo de trabajos forzados. Esto, sumado a las condiciones primitivas de alojamiento y a la escasez de bienes de consumo (ya que la producción de estos fue sacrificada en pos del beneficio de la industria pesada), sumado a la rígida disciplina impuesta, debió haber significado una vida sombría para la mayoría de los trabajadores.
Con respecto al sector agrícola, se aplicó el llamado proceso de colectivización, el cual consistía en que las pequeñas granjas y parcelas pertenecientes a los campesinos se unieran para formar grandes haciendas colectivas de propiedad comunal. Si bien para esto existía una razón concerniente ala eficiencia en la administración estatal, Stalin, de hecho, quería eliminar a la clase de los campesinos prósperos (kulaks) creada como consecuencia de la NEO, ya que la consideraba como un estorbo para el progreso. Sin embargo, la verdadero razón probablemente era que Stalin los consideraba como “enemigos del comunismo”, ya que temía que se pudiesen convertir en una clase social con un gran poder político y económico, capaz incluso de dar resistencia a las decisiones gubernamentales, lo cual efectivamente hicieron.
De esta manera, la política agraria de Stalin comenzó a aplicarse en 1929 mediante la fuerza bruta. Fue un desastre total del cual es posible afirmar Rusia no se recupera aún. Los campesinos dueños hasta de la más mínima propiedad, fuesen kulaks o no, se opusieron a entregar sus tierras, por lo que sus maquinarias y ganado eran tomados por la fuerza por parte de campesinos más pobres. Aquellos que no se doblegaron fueron enviados a campos de trabajo forzado o fusilados. Tan solo el 1 de julio de 1930, 320.000 hogares kulaks (unas 1.500.000 personas) fueron expropiados y exiliados. Se estipula que entre 3 millones y 4.500.000 personas perdieron sus vidas durante este proceso. Sin embargo, la historia oficial del partido asegura que solo 240.000 hogares fueron expropiados desde 1929 a 1939.
Existieron casos en los que campesinos pobres recién colectivizados intentaron sabotear el sistema produciendo solo lo necesario para satisfacer sus propias necesidades, los funcionarios locales expropiaron las cuotas requeridas, ocasionando una hambruna generalizada entre 1932 y 1933, especialmente en Ucrania. Esto provocó que 5 millones de campesinos murieran de hambre, mientras el Estado exportaba 1.750.000 toneladas de grano. Algunos historiadores se atreven a asegurar que Stalin vio con agrado estos procesos, ya que en total las casi 10 millones de víctimas producto de la colectivización y sus consecuencias determinaron la caída de la resistencia e influencia campesina.
Además, la brutal imposición de la colectivización provocó la muerte de millones de piezas de ganado, disminuyendo considerablemente la cantidad de carne disponible. Esto causó tal grado de enojo en los campesinos ucranianos que durante la posterior Segunda Guerra Mundial, recibieron a los invasores alemanes como libertadores, siendo ampliamente bienvenidos por la población.5
El autor Richard Freedom nos da una visión de todo este proceso: “Probablemente no sea exagerado afirmar que el Primer Plan Quinquenal representó una declaración de guerra de la maquinaria estatal hacia los obreros y campesinos de la URSS, quienes se vieron sometidos a una explotación mayor que cualquiera que hubiesen vivido bajo el capitalismo”.


Sobre las purgas y la eliminación de la oposición.

A partir de 1930 hubo una creciente oposición dentro del Partido, ocasionada por aquellos que deseaban retrasar la colectivización agrícola, pero Stalin, a su vez, estaba decidido a suprimir a sus detractores y oponentes políticos de una vez por todas.
La excusa para esto llegaría en diciembre de 1934 a través del asesinato de Sergei Kirov, uno de los colaboradores de Stalin en el Politburo. Esto provocó que el gobernante ruso comenzara un proceso llamado posteriormente las purgas. El investigador y escritor británico Robert Conquest calificó el asesinato de Kirov como “el crimen del siglo … la piedra angular de todo el edificio de terror y sufrimiento mediante el cual Stalin aseguró su dominio sobre los pueblos soviéticos”. Por lo demás, según en su momento el crimen se le imputó a sus detractores, todo parece indicar que el asesinato fue organizado por Stalin mismo.
En los 4 años posteriores, cientos de funcionarios importantes fueron aprehendidos, torturados y obligados a declarar toda clase de crímenes, como conspirar con Trotsky o con gobiernos capitalistas para derrocar al comunismo, y forzados a comparecer en juicios simulados donde, obviamente, se les condenaba a muerte o a pasar algún tiempo en un campo de trabajo.
Mención aparte se debe hacer de los llamados “Juicios de Moscú”, en donde fueron condenados y ejecutados los antiguos líderes de la Revolución, los “antiguos bolcheviques” y algunos de ellos antiguos aliados del dictador como Zinoviev, Kamenev y Bujarin, además de Radej, quien había ayudado a realizar las revoluciones de 1917, y Tujachevsky, comandante del Ejército Rojo, junto a otros 13 generales y dos tercios de los oficiales con mayor jerarquía.
En este caso, el trabajo sucio era realizado por el eficaz y terrible cuerpo de policía secreta del Estado, la NKVD, encargada de localizar, identificar y eliminar a cualquier atisbo de resistencia contra el regimen.
Incluso Trotsky fue localizado y asesinado en su exilio en la ciudad deMéxico D.F en 1940.
Por otra parte, los escritores, artistas y músicos debían producir obras que glorificaran las realizaciones soviéticas. Los que no lo hacían eran perseguidos, y existían aquellos que aún intentándolo caían en el desagrado de Stalin.
La educación, por su parte, era obligatoria y gratuita, pero era vigilada estrictamente por la policía secreta terminando siendo un adoctrinamiento.
Durante este periodo unas 8 millones de personas fueron a parar a campos de trabajos forzados, resultando muertas 2 millones, tanto por maltrato físico como por ejecuciones.

Sobre la Guerra Fría

Al aproximarse el fin de la Segunda Guerra Mundial la armonía existente entre la URSS, EEUU y el Imperio Británico había comenzado a desvanecerse, tornándose las relaciones tan difíciles que, aunque no tuvo lugar ningún conflicto armado directo, si empezó una guerra de influencia a nivel global conocida como Guerra Fría.

Durante el periodo existente entre 1945 y 1948, ambos bandos atrajeron aliados , centrándose la URSS en Europa oriental, al ascender gobiernos comunistas en Polonia, Hungría, Rumania, Bulgaria, Yugoslavia, Albania, Checoslovaquia y Alemania Oriental, es decir, todos aquellos países que los rusos habían “liberado” se habían convertido en Estados satélites de Moscú. De esta manera, la política exterior de Stalin consistía en aprovechar la situación militar para aumentar la presencia rusa en Europa, lo que ameritaba la ocupación de la mayor cantidad posible de territorios alemanes a medida que las divisiones de las SS retrocedían en el frente oriental, además de países como Finlandia y las ya nombradas Polonia y Rumania.

En la Conferencia de Yalta, celebrada en febrero de 1945, antes de que terminase la guerra, Stalin prometió unirse a la guerra contra Japón siempre y cuando se le permitiera a Rusia quedarse con toda la isla de Sakhalin y algún territorio en Manchuria. En el caso de Polonia, los rusos habían instalado un gobierno comunista, a pesar de que Polonia poseía un gobierno refugiado en Londres. Con respecto a esto, se acordó la admisión de algunos miembros no comunistas residentes en Londres unirse al gobierno comunista polaco a cambio de que Rusia se quedara con la franja oriental de Polonia, aunque no se le permitió quedarse con los territorios alemanes al este de los ríos Oder y Neisse.
Sin embargo, el gobierno soviético ignoró lo concordado en esta conferencia con respecto a esto último y ocupó este territorio, instaurando un gobierno polaco pro-comunista, el cual expulsó a 5 millones de alemanes residentes en la zona.

La URSS declaró la guerra a Japón el 8 de agosto de 1945 invadiendo Manchuria. 2 días después, EEUU lanza la bomba atómica en Hiroshima sin necesidad de ayuda rusa. En este caso, según lo acordado en Yalta, se les permitió a los soviéticos quedarse con el sur de Sakhalin, pero no se les dejó participar en la ocupación de Japón.

Ya para esa fecha se habían instaurado gobiernos comunistas sometidos a la influencia rusa en Polonia, Hungría, Rumania, Bulgaria y Albania, encarcelando o asesinando a sus oponentes políticos. Un ejemplo el caso de Hungría. En este caso, se permitieron elecciones libres, obteniendo los comunistas menos de un 20% de los votos. Aún así, se encargaron de que la mayor parte de los miembros del gabinete fueran comunistas.

Así, para 1947, todos los países de Europa oriental, a excepción de Checoslovaquia, poseían un gobierno comunista instaurado por los rusos: las elecciones eran arregladas, se expulsaba a los no comunistas del gobierno siendo muchos exiliados o asesinados, los demás partidos políticos eran disueltos, etc. El único país que hizo saber su malestar con la verdadera ocupación rusa fue la Yugoslavia de Tito.

El caso de Alemania oriental, que había quedado bajo la zona de influencia rusa, al igual que la parte este de Berlín, es más extremo, ya que Stalin trataba al país como parte de Rusia, sobreexplotando sus recursos naturales en pos del beneficio soviético.

Posteriormente, en junio de 1947, saldría a la luz el llamado Plan Marshall, es decir, la sección económica de la Doctrina Truman, orientada a frenar el avance del comunismo. Este plan, llevado a cabo por el presidente de los EEUU, Harry Truman, consistía en brindarle ayuda económica a los países europeos afectados por la guerra, en forma de préstamos. De esta manera, EEUU se aseguraba mercados y además detenía el avance comunista. Sin embargo, Stalin rechazó la idea y no otorgó su consentimiento para que ningún Estado pro-comunista la aceptara, incluida Checoslovaquia que se había mostrado interesada.

Ante la posibilidad de disidencia política de sus protectorados (porque en realidad eso eran los Estados comunistas de Europa del este) Stalin crea en septiembre de 1947 la Cominform, para sujetar a los Estados soviéticos a la voluntad de la URSS. La función de esta consistía en agrupar a todos los partidos comunistas europeos. Todos los Estados satélites estaban representados, además del Partido Comunista Francés e Italiano. Stalin determinaba por tanto, que ser comunista no era suficiente, ya que había que serlo al estilo ruso. Se buscaba que Europa oriental fuese industrializada, colectivizada y centralizada, alentando a los miembros de la asociación a comerciar solo con países miembros de la Cominform y no con países no comunista. Más tarde, y como medidas complementarias, se aplica en 1949 el Plan Molotov (versión rusa del Plan Marshall) y la Comecon (Consejo de Asistencia Económica Mutua), siendo esta encargada para coordinar políticas económicas entre los países miembros.

Es necesario analizar también la influencia soviética en los acontecimientos ocurridos en Checoslovaquia en febrero de 1948. Checoslovaquia era el único país democrático que quedaba en Europa del este. Poseía un gobierno de coalición en donde el cargo de primer ministro y algunos del gabinete eran ocupados por comunistas.
En marzo de 1948 debían realizarse elecciones y todo mostraba que la derrota de los comunistas era más que segura, ya que la población los culpaba de la hambruna al negar la ayuda del Plan Marshall. Ante esto, los comunistas obraron antes de las elecciones: a la cabeza de los sindicatos obreros y de la policía se adueñaron del poder mediante un golpe de Estado armado. Todos los ministros no comunistas, con excepción de Benes y Masaryk, renunciaron. A Masaryk este acto valiente habría de significarle la muerte unos días más tarde. Las elecciones se realizaron finalmente en mayo, con el detalle de que todos los candidatos de la lista eran comunistas.
El golpe había sido instigado por Stalin y su policía secreta.

Con respecto a la capital alemana, que si bien se encontraba en la zona de influencia rusa, esta se encontraba dividida en una zona occidental para EEUU, Inglaterra y Francia; y otra oriental para la URSS. Los países del oeste en 1948 habían instaurado una nueva moneda. Esto, sumado al disgusto que producía en Stalin la prosperidad económica de la parte oeste de la ciudad con la pobreza y miseria de la parte este, provocó que el líder ruso ordenara el bloqueo de la capital, con el objetivo de hacer a los aliados retroceder al existir hambruna en la ciudad. Ante esto, los aliados aprovisionaban Berlín occidental mediante un puente aéreo, haciendo fracasar a las aspiraciones rusas. El bloqueo a Berlín se extendió desde junio de 1948 a mayo de 1949. Meses más tarde, en octubre de 1949, la URSS crea la República Democrática Alemana como respuesta a la creación por parte de los países occidentales de la República Federal Alemana en agosto del mismo año.

Sebastián Vera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario